Se reúnen en el ITESO estudiosos de las emociones y los afectos
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Se reúnen en el ITESO estudiosos de las emociones y los afectos
La universidad es sede del IX Coloquio de Investigación "Las emociones en el marco de las ciencias sociales: perspectivas interdisciplinarias". Durante la conferencia inaugural, Marina Ariza expuso la importancia de analizar la dimensión institucional en el estudio de los procesos socioemocionales de las personas en situación de movilidad.
Édgar Velasco
De la importancia de las emociones y los afectos para la transformación del mundo; de que la emoción social es política y se encarna en la desigualdad de género y de clase; de cómo las emociones se han vuelto indispensables para entender los cambios sociales; de cómo las emociones y la razón deben unirse a través de la sensibilidad para encontrar el sentido de la vida; de cómo el actuar de las instituciones incide en las emociones de las personas. De esto, y también de su crecimiento y evolución, se habló durante la apertura del Coloquio de Investigación "Las emociones en el marco de las ciencias sociales: perspectivas interdisciplinarias", que en su novena edición tiene como sede el ITESO.
La actividad es organizada por la Red de Investigación en Emociones y Afectos desde las Ciencias Sociales y las Humanidades (Renisce Internacional), la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el ITESO. Al dar la bienvenida al coloquio, Rocío Enríquez, cocoordinadora de Renisce y académica del Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES) del ITESO, comenzó por recordar que “la afectividad y la emocionalidad atraviesan la vida social en cada una de sus dimensiones”, por lo que su estudio “es imprescindible para abordar las problemáticas sociales e incidir en ellas de manera colaborativa”. La académica expuso algunos ejemplos de cómo el componente emocional está presente en muchos ámbitos de la vida de las personas —la movilización social, la política, las formas de convivencia y de habitar el mundo— por lo que “el estudio de la emocionalidad demanda abordajes inter y transdisciplinarios”, que es una de las características principales del coloquio.

Enríquez mencionó que el programa incluye 32 mesas temáticas en las cuales las y los asistentes habrían de “reflexionar juntos, compartir conocimientos y aportar luz sobre problemáticas sociales que reflejan la agenda actual del país y de Latinoamérica”. Finalmente, compartió su deseo de que quienes acudieron a la cita bianual “encuentren un espacio para la reflexión conjunta y nuevas formas de intercambio y de colaboración”.
Oliva López, académica de la FES Iztacala y también cocoordinadora de Renisce, recordó los orígenes del coloquio, en marzo de 2011, y compartió cómo pasaron de 15 a 191 ponentes en estos catorce años de existencia, manteniendo siempre el objetivo de “compartir la investigación de las emociones en clave sociocultural”. Se refirió al tema de los cuidados para ejemplificar cómo el estudio de las emociones se ha convertido en toda una técnica de descubrimiento. “Su dimensión emocional exige amplias indagaciones para revelar cómo las desigualdades sociales se traducen en desigualdades afectivas”.

Por su parte, Eugenia Casillas, directora del DPES del ITESO, puso en relieve el hecho de que los temas de los que se ocupa la Renisce “interpelan el quehacer del departamento”, al tiempo que celebró la presentación, como parte del programa, del volumen X de la colección Emociones e Interdisciplina, coeditada por el ITESO y la FES Iztacala, que evidencia el compromiso de la universidad por detonar procesos de colaboración y de internacionalización.

Quien no pudo estar presente en la inauguración fue María del Coro Arizmendi, directora de la FES Iztacala, cuyo mensaje fue leído en su representación por Alba Luz Robles. “Celebro la novena edición del coloquio y el trabajo con el ITESO, una universidad que comparte el compromiso ético y académico por una ciencia social transformadora”, expresó Arizmendi en voz de Robles. También reconoció cómo el coloquio ha sostenido el rigor académico, la sensibilidad y el compromiso con la divulgación del conocimiento, para finalizar invitando a “dialogar con apertura para encontrar nuevas formas de investigación social”.
El protocolo de inauguración cerró con la intervención de Luis Marrufo, titular de la Dirección General Académica del ITESO, quien dijo que “en tiempos en que parece que no se detienen las violencias, las exclusiones y las desigualdades es importante encontrar la intersección entre la emoción, lo afectivo y lo sensorial. Sólo así podremos comprender e incidir”.

El académico compartió tres ideas sobre las emociones: en la primera recordó cómo el estudio de la relación entre las emociones y la razón ha acompañado a la humanidad desde hace mucho tiempo, una historia en la que la razón se ha colocado muchas veces en primer lugar; en la segunda se refirió al misticismo del siglo XVI, específicamente al pensamiento de Ignacio de Loyola, para quién la sensibilidad era indispensable para ordenar la razón y la emoción; para cerrar, en la tercera se refirió al ámbito educativo, recordando que el ser humano “no es un recipiente que hay que llenar, sino que hay que configurarlo, darle forma, tanto en las emociones como en la racionalidad”. Dicho lo anterior, declaró inaugurados los trabajos del coloquio.
Institucionalizar las emociones
La primera actividad del IX Coloquio de Investigación "Las emociones en el marco de las ciencias sociales: perspectivas interdisciplinarias" fue la conferencia “Emociones en contexto: el papel de las instituciones en la investigación social de las migraciones”, a cargo de Marina Ariza, doctora en Ciencia Social con especialidad en Sociología por la UNAM.
La investigadora comenzó calificando como “importante” el trabajo realizado por Renisce y agradeció a Rocío Enríquez, a Oliva López y al equipo organizador por la realización de la novena edición del coloquio.
Para entrar en materia, dijo que su conferencia tenía por objetivo mostrar la relevancia de la dimensión institucional para el estudio de procesos socioemocionales, específicamente en el tema de la migración. Compartió que la conferencia estaba basada en el capítulo “Migration, institutions and emotions”, publicado en Research handbook on the sociology of emotion. Institutions and emotional rule regimes, para cuya elaboración echó mano de diversas publicaciones de diferentes partes del mundo para poder tener variedad geográfica.

Ya entrada en materia, Ariza dijo que es importante poner atención al papel de las instituciones del Estado porque estas “producen y encarnan emociones que condensan creencias y sentimientos”. En esa línea, añadió, el rechazo que provoca la migración es muchas veces usado como un estandarte ideológico.
En la conferencia abordó tres niveles: el macro, centrado en la gobernanza afectiva y la gestión de la migración; el meso, donde tocó temas de integración y pertenencia; y el micro, con énfasis en los efectos en la vida familiar y otros ámbitos.
En cuanto a la gobernanza afectiva, la académica dijo que “el Estado gestiona las emociones a través de la frontera, donde se ejerce violencia institucional a través de procesos de fronterización”. Estas fronteras no se quedan en los límites territoriales entre países, sino que son multiescala —“la frontera de Estados Unidos empieza en Chiapas”, puso como ejemplo—. Esto, dijo, tiene como objetivo “generar sentimientos de miedo para frenar la migración”.
Ariza expuso que hay una “violencia afectiva e institucional” en la que “la humillación es la emoción por excelencia” y donde también se dan relaciones de miedo contra empatía cautelosa. “Pero el miedo y el desprecio se reproducen más”, añadió. Expuso que la deportación es un acto de violencia legal que se cristaliza en el cuerpo de las personas y que es el Estado el que define qué sujetos son deportables, acción que tiene efectos corrosivos a nivel familiar e intergeneracional.
En los temas de integración y pertenencia mencionó que hay una gran contradicción entre la búsqueda por ser parte del país de llegada y saber que nunca se va a ser parte del todo. Explicó que hay un entumecimiento afectivo que funciona como una barrera para reforzar el desprecio por el otro y compartió que muchos estudios también muestran una ambivalencia afectiva, en la que las personas muestran “intensos sentimientos contrapuestos de atracción y repulsión. Hay una ambivalencia sociológica a partir de expectativas incompatibles”. Para finalizar, dijo que en la escala familiar la violencia institucional se cristaliza en la separación familiar y en procesos de estigmatización. En el cierre de su exposición señaló que las instituciones del Estado son un terreno idóneo para la investigación y dijo que es difícil recuperar información de otras instituciones informales.
El IX Coloquio de Investigación "Las emociones en el marco de las ciencias sociales: perspectivas interdisciplinarias" continuará hasta el sábado 20 de septiembre. El programa completo puede consultarse en renisce.com/inicio/eventos-de-la-red/coloquio-ixrenisce.
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