“El tráfico de transporte de carga lo provoca nuestro modelo de consumo”: Juan Pablo Zatarain
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“El tráfico de transporte de carga lo provoca nuestro modelo de consumo”: Juan Pablo Zatarain
El académico, integrante del Seminario Permanente de Estudios de Movilidad Urbana Sustentable (Semus), señala que para mejorar las condiciones de movilidad en el Área Metropolitana de Guadalajara, y en particular en la avenida Adolfo López Mateos, es necesario diseñar una política pública que tenga en cuenta los modelos de logística urbana para el abasto de mercancías.
Édgar Velasco
Quienes transitan por la zona sur de la ciudad, específicamente por el anillo periférico Manuel Gómez Morín o por la avenida Adolfo López Mateos, conviven todos los días con cientos, incluso miles, de autos. Autos compactos, sí, pero también unidades de transporte público y tráileres, muchos tráileres de enormes dimensiones y grandes remolques, algunos incluso llevan dos. Cuando se piensa en los problemas de movilidad que tiene la avenida López Mateos —uno de los principales accesos del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG)—, se piensa en las ciudades dormitorio, el exceso de autos, la falta de alternativas de transporte público o no motorizado. Pero pocas veces se piensa en otra arista: el transporte de carga que también llena los carriles y transporta los insumos que se necesitan para abastecer las necesidades de los habitantes de la urbe.
“Tenemos que ser conscientes de que el tráfico que genera el transporte de carga lo provoca nuestro consumo. Es importante observar nuestra manera de consumir”, dice Juan Pablo Zatarain, académico del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI), coordinador de la Maestría en Ingeniería y Gestión de la Calidad e integrante del Seminario Permanente de Estudios de Movilidad Urbana Sustentable (Semus) del ITESO. El académico menciona que no hay que perder de vista algo que, de tan obvio, a veces se olvida: “La ciudad necesita abastecerse y sacar productos, mover mercancías. Y debe hacerlo de forma más segura y eficiente”.
Zatarain, quien es doctor en Movilidad Urbana, Transporte y Territorio, explica que el transporte de carga se clasifica en dos rubros: el transporte de paso y el de llegada. Para regular al primero ya se han implementado medidas como el desvío por el macrolibramiento de la ciudad y la restricción de horarios de circulación, por citar dos ejemplos, para limitar su circulación por la avenida Adolfo López Mateos y el periférico en horas pico. Sin embargo, estas medidas tienen sus bemoles: muchos transportistas han señalado el alto costo del peaje para circular por el macrolibramiento, además de temas de seguridad. Por otra parte, las salidas y los accesos son limitados. No hay, por ejemplo, salidas adecuadas para ir hacia Tala y hacia El Salto, puntos clave pues hacia allá se dirige mucha de la carga.
En cuanto al transporte de llegada, Zatarain señala que la misma ciudad “los invita” a entrar a sus calles, pues no hay una planeación pensada desde la logística urbana para evitar que los tráileres ingresen al AMG. “Por ejemplo, no hay espacios de bajo costo donde los camiones puedan entrar a desconsolidar la carga y enviarla en transportes más pequeños”, dice Zatarain.
El integrante del Semus destaca que uno de los problemas es que la ciudad no tiene tantos accesos, y los que tiene se conservan igual desde hace años. Además, todos están diseñados de manera radial, dirigidos hacia el centro de la urbe, y no se ha impulsado el desarrollo lateral para atender el transporte que no necesita ir hacia el centro.

Aunque en estos días la discusión ha estado centrada en la avenida Adolfo López Mateos y en la propuesta del segundo piso, Zatarain explica que en realidad la problemática que involucra al transporte de carga está presente en todos los accesos. Por ello, dice, es necesario “hacer un manejo de la logística urbana desde una política pública que considere estrategias que ya se aplican en otras ciudades, para controlar mejor los lugares de llegada del transporte, el tipo de vehículos que se usarían para repartir las mercancías, establecer dónde y cuándo se va a abastecer”. Y es que esa es otra realidad: restringir la circulación de tráileres va a derivar en una multiplicación de viajes de vehículos más pequeños para garantizar la llegada de las mercancías. De ahí la importancia de pensar el tema no sólo en una lógica de movilidad, sino de la manera en que consume la población y cómo se satisfacen sus necesidades.
Respecto a la propuesta de un segundo piso, Zatarain Hernández dice que hasta ahora no hay una propuesta concreta, ni se ha presentado un modelo. No se ha hablado dónde bajarían los vehículos ni a qué velocidad, aspectos que deben ser tomados en cuenta porque, en teoría, quienes circulan por la vialidad elevada deben bajar de ella sin entorpecer la circulación de los vehículos que viajan en el nivel inferior.
El especialista señala que para resolver el tema de movilidad del AMG es necesario involucrar a muchos actores, incluso propone la creación de un Observatorio de Logística Urbana. El problema es que “no hay una estrategia de largo plazo ni una planeación de crecimiento integral que considere la vivienda, los servicios, el abasto de mercancías. La logística urbana puede ser un eje de desarrollo para la ciudad, que incluso puede propiciar un incremento en la competitividad, sin afectar a otros actores de la movilidad. Debemos poder convivir bien todos los actores”, concluye.
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